miércoles, 26 de mayo de 2010

No se juega con la comida (parte4)


Elise se lo está pasando bien con esos dos. Qahhar no es nada del otro mundo, supongo que el poder y la fama es lo que la atrae. En cuanto al gemelo de Min Ho está claro que cuanto más excitado este mejor sabrá, le queda poco.
La cena de Lizz todavía sigue merodeando excitada y nerviosa por el salón. La divertida y mona Lizzy tiene unas costumbres muy raras. Le gusta que su comida sepa que va a morir, pero que conserve la esperanza. Esa humilde señora será la última en morir esta noche.
Por mi parte ya no tengo nada que hacer allí. Tampoco es que la compañía sea excelente.

Una noche perfecta para un bañito, pero no soy la única que lo piensa. Me quito la ropa quedándome en un minúsculo biquini de esos que están de moda estos últimos años.
Ji Hoon, que así parece llamarse, vuelve a ignorarme. Esta situación comienza cabrearme.
Después de nadar un poco y fingir que ninguno de los dos está interesado en el otro me siento en una de las pequeñas rocas que hay en uno de los lados del lago.
Tengo que reconocerle cierto atractivo. Su piel es blanquecina y parece bastante fácil de perforar, de esas a las que les permanece la marca durante semanas. No puedo apartar la vista de el. Nuestras miradas se cruzan. Deseo que se acerque, de una manera increíble deseo tenerle cerca, aunque sea solo para observarle.
Sonrió, el nada hacia aquí. Levanta la cabeza, el pelo le gotea. Puede que decir sexy sea poco en este caso. Sin mediar palabra se pone entre mis piernas, cerca, muy cerca de mí. Sus piernas no dejan de moverse para poder seguir flotando y ese vaivén hace que nuestros cuerpos se rocen.
-Demasiado valiente para ser un simple humano ¿O debería decir temerario?
- Los dos sabemos que no me harás nada. Si aquella noche no fuiste capaz ni de acercarte, mucho menos me harás ahora.
-¿tan confiado estas? –Suelto una carcajada maliciosa sin olvidar mostrarle los colmillos disimuladamente.
-Esta en tu mano, pero sabes perfectamente que si sigo con vida en estos momentos es por alguna razón.
-¿Por qué te tiene aquí?
-Eso te lo dirá el. No es propio de mí meterme en problemas familiares Zina.
Acerca sus labios a los míos y siento la necesidad de mordérselos. Si le muerdo se acabo todo. No hago caso a mi instinto y me contengo, no por miedo a mi padre, sino porque esto comienza a ponerse interesante.

Me atrae hacia el agua y como una niña buena me dejo llevar. Tira lentamente del cordón de la escueta prenda y mis senos quedan a merced de sus deseosos ojos. Como si de un vampiro se tratase me lame el cuello. Es un sentimiento extraño, noto tanto su lengua en mi cuello como si fuese yo misma la que lo estuviese lamiendo.
Su mano derecha alcanza mi seno y se hace cargo de mi pezón ya duro. Bajo su piel el palpitar de la sangre me está volviendo loca. Pero me controlo, debo hacerlo.
Nuestras piernas se enredan bajo el agua, acariciándose mutuamente. Noto la firme posición de su miembro y su clara intención al pegarse a mí.
Nuestras lenguas se encuentran en una batalla apasionada. Mi intención no es perder esta guerra, bajo hábilmente su bañador. El no es menos y me retira la parte inferior. Ahora noto más que nunca el ardiente fuego que crece en mí. Sin consideración alguna me hace el amor.
Sé que hay alguien en la orilla, pero no me importa, en estos momentos solo hay algo en lo que esto concentrada. Siente, ama, folla... pero no muerdas.

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